La actualidad obliga. Parece ser que se empeñan en señalarme con el dedo. La verdad que, a nivel personal, poco o nada me importa. Pero me parece una falta de respeto a todas y cada una de las personas que han invertido tiempo, dinero y trabajo en dar forma a nuestra propuesta. Que por señalarme a mí, se falte al respeto a los que más han trabajado, me parece poco ético, cuanto menos. Quejarse de falta de ética a estas alturas, tampoco sirve de mucho, lo sé. Yo he sido una pieza más de una propuesta en la que hemos trabajado mucho, en la que ha habido acuerdos, desacuerdos, debates y discusiones. Y en la que a fuerza de ceder todos hemos llegado al final. Todos compartíamos algo fundamental: había que poner el foco en la base. Y parece que no ha gustado.

Lo prometido es deuda. Toca analizar y comparar las dos propuestas. Y hay que poner las cartas sobre la mesa. No engaño a nadie, la nuestra es la buena. No solo porque haya participado en ella. Sino porque voy a tratar de demostrarlo más allá de toda duda razonable. Además de sincero voy a ser realista. La otra propuesta es más aprobable. Es más acorde a lo que piensan los bolos. Tiene más posibilidades de salir adelante.

Nuestra propuesta, la que se centra en las categorías de abajo para dotarlas de contenido, no nace hace una semana. Lleva casi un año de trabajo. Desde que el 30 de octubre de 2021 alguien la reformulaba para el grupo de trabajo creado para tal fin. Ya entonces alguno de los miembros señalaba claramente que ese no era el camino, que había que volver a lo de siempre. Y subrayaba que la división de honor no se podía tocar. Repito 30 de octubre de 2021. (333 días hace de aquello)

Y se sucedieron las propuestas y ninguna era de su agrado. Y pasaban los días y todo eran negativas y no había manera de avanzar. Y mira que el equipo planteaba alternativas. Pero ninguna valía. De esta manera se llegó a la Asamblea de marzo con las manos vacías y seis meses perdidos.

A la vista de la situación había que recomponer la alineación y sentar a gente en el banquillo, porque no lográbamos resultados. El equipo tenía como objetivo sacar una reestructuración. Se reforzó con más jugadores de equipo y se decidió prescindir de las negativas a ver si lográbamos avanzar. Y el resultado mereció la pena. A la vista de todos está.

Si cuento todo esto es porque es esencial para entender y analizar y comprender ambas propuestas. Vamos al lío. Empecemos por analizar todo lo que tienen en común ambas propuestas:

  • Las dos propuestas dejan tres categorías por debajo de la división de honor

Fin de las similitudes. Yo, al menos, no veo más parecidos entre las dos. Nuestra propuesta si contempla lo que puede pasar en todos los casos en tercera, la otra no lo hace:

La otra propuesta no dice cómo actuar en caso de que haya más de seis grupos, 73 equipos. Tampoco contempla qué hacer en caso de que haya cinco grupos. Y en caso de que no se puedan hacer tres grupos de entre 10 y 12, es decir que haya menos de 30 equipos, fusiona la segunda y la tercera y las pasa a llamar tercera categoría. Así nos quedarían división de honor (20 metros), primera (19 metros) y tercera(16 metros).

Está claro que la otra propuesta tiene algunos agujeros. Pero aún así repito sigue siendo más aprobable. Aunque aprobarla parezca poco conveniente. No sería la primera ni la última que se aprueba. Se parece más a lo de siempre y eso es lo importante. Es un punto a favor. Triste pero real.

Sigamos comparando ahora en términos económicos. Ambas propuestas tienen un coste económico para las peñas. Solo contemplamos el árbitro por ser un dato conocido, ni lunch, ni pinche.

A cada peña de primera nuestra propuesta le supone un ahorro de un 18% anual con respecto a la otra propuesta. A cada peña de segunda la nuestra le supone el mismo ahorro.

Comparemos ahora desde la perspectiva arbitral. En primera categoría con nuestro modelo se jugarán diez partidos por jornada. Por dieciocho jornadas son 180 partidos. A sesenta euros por partido son diez mil ochocientos euros (10.800 €). Con el otro modelo son seis partidos por jornada por 22 jornadas 132 partidos. A 60 euros el encuentro 7.920 euros. Un 26% menos. No solo en euros sino también en partidos con lo que ello implica.

Sigamos con el análisis en segunda categoría. Con nuestra propuesta se juegan cinco partidos por jornada, 18 jornadas por grupo, con un total de cuatro grupos. Suman 360 partidos. Traducido a euros son 14.400 euros por toda la segunda categoría.

Con la otra propuesta tenemos seis partidos por jornada, 22 jornadas y dos grupos. O lo que es lo mismo, 264 partidos, que en euros son 10.560 euros. Otro 26% menos.

A nivel global nuestra propuesta supone que el colectivo arbitral ingresaría por su labor 25.200 euros. Con la otra propuesta el ingreso ascendería a 18.480 euros. Esto es 6.720 euros a ingresar menos por los arbitrajes de las ligas. Hablando de partidos serían 144 partidos menos. 48 menos en primera categoría y 96 partidos menos en segunda categoría.

Cada peña de manera individual se ahorraría un 18% anual. El colectivo arbitral ingresaría 6.720 euros más.

Y parece también que no sienta bien que en primera se tire hasta 18 metros. Que eso baja el nivel porque es la antesala de la División de Honor… Se puede opinar también que, si quitamos una categoría, hay que pegar un salto de dos metros en algún sitio. En eso estamos de acuerdo. Nuestro salto de dos metros afectará en 2024 a dos equipos. A partir de 2025, serán tres peñas las que deban dar el salto de dos metros, las tres que asciendan de 1ª a División de Honor. 3 equipos de 120 viene a ser un 2,5%.

Si ese salto lo ponemos en el paso de segunda (17 metros) a primera (hipotéticos 19 metros) se ven afectados los 6 equipos que suben cada año , sobre 120 equipos totales, es un 5% el que se vería afectado por ese salto de dos metros.

Y si el salto de dos metros lo ponemos de tercera (de 16 metros) a segunda (18 metros), ya se verían afectados los 12 equipos que suben, esto es el 10% de las peñas. Creo que, después de esto, se puede adivinar, que el número de damnificados por un salto de dos metros, obligatorio, se ha mantenido en el mínimo posible.

Hasta aquí hemos analizado hechos y datos. Hemos visto que la otra propuesta no contempla todos los supuestos posibles y esto es insostenible en una norma. Hemos visto que nuestra propuesta ahorra dinero a cada peña. Y además hemos visto como nuestro modelo aumenta los ingresos del colectivo arbitral además del número de partidos a juzgar. Por otro lado, hemos visto que el escalón de dos metros entre categorías afecta al menor número de equipos posible. Son hechos, no apreciaciones subjetivas ni opiniones personales.

Y con todo ello yo sigo apostando como ganadora por la otra propuesta. Pocas dudas tengo. Y lo estoy diciendo días antes y con las sumas y el viento a favor.

Cuando los bolos decidan pegarse otro tiro en el pie, similar al que se pegaron hace poco más de 10 años, poco quedará por hacer. Levantar el ánimo de los compañeros y tener la escopeta cargada por lo que pueda pasar. Yo ya sé lo que es perder. Se y he vivido que en los bolos no hay buen ganar ni buen perder y asistía en primera persona, hace ahora diez años, a dos hechos que retratan a la perfección lo que son los bolos en la actualidad:

  • Unos ganadores burlándose y mofándose de los perdedores, soltando los nervios que aguantaron porque los tuvieron de corbata un mes antes y durante toda la jornada electoral
  • Un perdedor que buscaba a toda costa la puerta de atrás para evitar dar la mano al vencedor

Todos ellos (vencedores y vencido) gente de bolos de toda la vida.  Los que estaban conmigo, cuando decidimos abordar el Titanic en lancha neumática, aquella noche saben de qué y de quienes hablo. Los que más perdieron, los bolos, cada día tengo menos dudas. Lo peor de todo es que después del domingo ya no nos quedarán pies en los que pegarnos tiros y habrá que dispararse 80 cm más arriba.

4.6/5 - (5 votos)