Dejad que los niños se diviertan en la bolera

Vaya por delante que el trabajo que realizan los monitores no está ni agradecido ni pagado. Su dedicación merece todo el esfuerzo que se puede hacer para reconocer su labor. Y siempre nos quedaremos cortos.

Escuelas de bolo palma 2022

Horas y horas de bolera. Viajes a partidos. Lleva los niños a los concursos…. No está pagado. Pero aún así, falta algo. Y no hablo solo de un más que merecido puñado de euros.

El nuestro es un deporte difícil. Lo es para los que lo practicamos. Imaginad para los niños. En una reciente entrevista, Miriam Velarde, lo comparaba, acertadamente, con el tenis. Estás solo. Y un niño quiere cualquier cosa menos estar solo.

Y ahí entra en juego el verdadero reto al que se enfrentan los monitores de las escuelas a diario. Vencer esa soledad. Conseguir que un niño, inquieto por naturaleza, no se sienta solo. Y eso en los bolos es prácticamente, misión imposible.

Engañarse no sirve de nada. Pensar que un puñado de euros es la solución es engañarse. Ayuda pero no resuelve nada. Hay que dar las herramientas necesarias para que los monitores, en su día a día, venzan, en la medida de lo posible, esa soledad.

Escuelas de bolos

Y cuáles son esas herramientas yo no lo sé. Lo puedo intuir. Pero sí sé que hay gente que las conoce. Y hay monitores que saben cómo hacerlo. Y así lo demostraron en el curso de monitores que organizo la Federación hace unos meses.

Y una de las cosas mejor valoradas por los asistentes, fueron precisamente, los recursos presentados por uno de los ponentes para entretener a los niños en la bolera. Y lo que nunca, hasta ahora, se había tenido en cuenta, resultó lo mejor valorado.

Es una de las muchas ventajas de los cambios. Cuando haces cosas distintas, obtienes resultados diferentes, dónde menos te lo esperas. Un cambio en los expertos que impartía en el curso, bastó para sacar a la luz un hecho que estaba bastante claro para algunos: los niños no se divierten en la bolera.

Y si los niños no se divierten en la bolera, es muy difícil que les gusten los bolos. Y si no se divierten, buscaran otras alternativas que sean divertidas. Y lo que creo que tenemos claro a estas alturas, es que no podemos permitirnos seguir perdiendo niños.

Porque esos niños no van a ser solo grandes figuras, que es otro error que arrastramos, pensar que las escuelas son fábricas de figuras. No. Las escuelas son semilleros de jugadores, pero también de árbitros, aficionados, presidentes,…

No todos sirven para figuras. Pero los que ahora son jugadores, árbitros, aficionados o presidentes de Peña tienen algo en común: un día se divirtieron en las boleras. Y ahora, aunque cada vez les cueste más, se siguen divirtiendo.

Porque también nos olvidamos de otro detalle importante: las escuelas tardan en dar fruto, son como los árboles. El trabajo que hacen hoy en todas las escuelas de bolos de Cantabria tardará 5,10 o 20 años en dar frutos.

20 años, más o menos lo que lleva el actual modelo funcionando. Ya hemos esperado y todos podemos comprobar el fruto. Y vemos que no es el adecuado.

alumnos escuela de bolos

Nos podemos engañar todo lo que queramos. Pero han pasado más de 20 años desde que salió la generación de El Tocinero, formada por cuatro o cinco grandes figuras para que, ahora, surja una sola capaz de hacerles frente.

Y todos sabemos que la generación anterior a esa era mucho más amplia. Lo que tengo muy claro, es que, si seguimos con este modelo, es muy probable que el que pudiera ser el próximo Tete, Salmón, Óscar o Víctor González no pise jamás una bolera. Porque no somos capaces de hacer que se lo pase bien en ella.

A partir de aquí tenemos dos opciones:

  • Seguir engañándonos y confiar en la suerte, o rezar, cada uno según su creencia.
  • O bien, derribar el modelo y cambiarlo. Aprovechar la experiencia y el saber hacer de los actuales monitores. Cuidarlos de una vez como se merecen y recopilar todo ese conocimiento antes de que se pierda definitivamente.

Está claro, o logramos que los niños se diviertan y conseguimos que permanezcan en la bolera o, probablemente, habremos asistido al nacimiento de la última figura de nuestro deporte.

Quitémonos la idea de que las escuelas son fábricas de figuras. Porque, las figuras salen por si solas cuando cuentas con un amplio surtido donde escoger. Ahora mismo ese surtido es bastante limitado y no se está divirtiendo.

Y vamos a pensar que hay que desestacionalizar el curso bolístico y hacerlo coincidir, en lo posible, con el curso escolar. Igual, en lugar de insistir en arreglar boleras en ruinas, debemos mejorar y cubrir aquellas que realmente tienen actividad para que puedan usarse fácilmente 365 días al año, aunque llueva.

Y no hablo de estadios bolísticos. No, de esos ya tenemos y solo sirven para que, el cemento vacío, nos recuerde que vamos de culo, cuesta abajo y sin frenos

 

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