Dicen que la leña, cuanto mas vieja y mas seca, mejor arde. Por ello es conveniente custodiarla a buen recaudo, protegerla de cualquier conato de incendio, de cualquier pequeña llama que la amenace. Pero la leña vieja y seca solo vale para lumbre. Para construir es mejor utilizar maderas fuertes y jóvenes. Siempre ha sido asi, menos ahora.

Bien sea por imposición o por desidia hemos perdido las ideas de toda una generación en el bolo palma. Es lo que tienen los mandatos tan largos, que no dejan paso libre a sangre nueva. Y vamos camino de cometer el mismo error. Existe una generación, quizá la última, con la preparación y capacidad suficiente para sacar el bolo palma del pozo en que se encuentra. Gente con razocinio, cabeza lo suficientemente amueblada y capacidad de análisis para darse cuenta de que esto, día tras día, va a peor. Que ni la semilla ni el terreno son los apropiados para obtener la cosecha que el bolo palma se merece.
A buen seguro que a estas alturas a cualquiera se le habrán ocurrido una docena de nombres que encajan en ese perfil de Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados, que vienen pisando fuerte y pidiendo paso. Y no me refiero precisamente a pisar fuerte en las boleras, aunque no lo hagan nada mal, sino fuera de ellas. Jóvenes con una alta preparación, en muchos casos con carreras superiores, y que pueden capitanear el barco sin mayor problema. Yo me voy a detener hoy en dos de ellos. Espero que no se me enfaden y si lo hacen no será tan grave que no se pueda arreglar alrededor de una buena mesa. Los dos comparten al menos un rasgo común: son pequeñas llamas que amenazan la reserva de leña vieja y seca.

El primero de ellos es Roberto Soler. El pasado año tuvo la osadía de no comulgar con la idea de no poder jugar libremente dónde le diera la gana y asi lo hizo saber. Para desacreditarlo se dijo que lo hizo condicionado por la peña en la que militaba, se puso en duda su capacidad para jugar en primera, se inventaron recursos salvadores por todos lados y se cuestionó su calidad como persona. Nadie se molestó en preguntarle y algunos incluso, por problemas de capacidad, no le concedieron la posibilidad de contar su verdad. Nada mas lejos de la realidad. A Roberto no le condiciona nadie. Tiene sus propias ideas. Su calidad como jugador de bolo palma dependerá, como la de todos nosotros, de con quién se nos compare. No presentó ningún recurso, sino todo lo contrario, dijo que tras Llanes no tiraba ningún concurso mas y asi lo hizo. Y su calidad como persona está fuera de toda duda, de eso doy fé personalmente y el que no confíe en mi palabra puede comprobarlo personalmente, si se atreve, manteniendo una conversación con él. Eso fué lo que hizo el campeonísmo Linares que no dudó en ponerse en contacto con él para felicitarle en nombre de toda su generación, por su valiente decisión de dar un paso al frente.

Y el segundo, Rodrigo Núñez, Ico. Joven como Roberto y como él, titulado superior, con las ideas claras, la cabeza amueblada e incapaz de soportar las injusticias. No entiende lo que está pasando, jamás pensó que se llegaría a estos extremos, pero tiene claro que nadie va a prohibirle jugar al bolo palma y que para jugar en su casa no debe pedirle permiso a nadie. No le entra en la cabeza que se le permita disputar con su peña la liga, la copa y los concursos de parejas y que se le prohiba defender esos colores en el terreno individual. Intereses enfrentados seguramente. No comprende que se diga en los medios que ha renunciado expresamente a jugar los concursos porque es mentira. Se ha inscrito a todos y solo aparecía en uno. Reclamó que los motivos se le comunicaran por escrito y la respuesta que recibió es que eso no lo podían hacer. Y cuando vino desde Llanes, perdiendo de su trabajo a tirar ese concurso se encuentra que no se lo permiten porque asi se lo han comunicado telefónicamente a la organización, a pesar de figurar entre los que tiraban ese día. Lo mismo que costaba llamar a la organización costaba decírselo a él. Resultado: tres horas perdidas de trabajo, 200 kilómetros y lo incómodo de la situación. ¿Qué hubiera pasado si no viene? Nadie lo sabe. Y al igual que Roberto ha tenido que aguantar que lo tachen de polémico, y de utilizar malos modos. Los que lo conocemos sabemos que eso no encaja con la elegancia que le caracteriza. Si fuese polémico el día que no le dejaron participar hubiese sacado las bolas y se habría plantado en mitad de la bolera a ejercer su derecho, pero la organización no era culpable y no lo hizo.

Son solo dos ejemplos, pero hay mas. Cada uno conocerá los suyos. Yo he puesto estos dos, porque se han atrevido a dar un paso al frente y a cambio solo han obtenido descrédito y malas palabras. Han tenido que oir frases muy desagradables y ahora tienen que soportar que haya mucha gente envenenada en su contra. Y creo que lo peor es tener que oir muy a menudo aquello de: «si tienes razón, pero yo no quiero líos». A todos ellos solo les pido que, como he hecho yo, se tomen la molestía de preguntarles el porqué de todo esto. Podrán comprobar por ellos mismos que la ficción no tiene nada que ver con la realidad.

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