Así se hizo toda la vida y un viaje al pasado

Ya sé que prometí volver periódicamente por aquí. Pero me recomendaron, después de la asamblea de octubre de 2022 que no lo hiciera. Así que dí por secuestrado el teclado. La idea era que si yo no escribía, los ecos de la reestructuración se apagarían. Yo estaba convencido de que no iba a ser así. Pero como también puedo confundirme, di por bueno el secuestro del teclado. 

Pero, como habitualmente, no me equivoqué. Y lejos de a callarse subieron el volumen y se han tirado todo el invierno mareando la perdiz con las monsergas habituales.

Por el camino se han sucedido insultos, invitaciones virtuales a programas de radio, señalamientos con nombre y apellidos y mil modelos de reestructuración distintos.

La reestructuración les ha servido, incluso para tapar otras vergüenzas, a mi entender bastante más graves y dañinas para los bolos. Hay que ver lo que da de si la reestructuración y todavía no se ha llevado a cabo.

— Ni se va a llevar a cabo — pensará alguna asambleísta de los de segundas nupcias. Beligerante como el que más y ahora, manso y dócil como un corderito. Sus compañeros de trinchera le afean su comportamiento en las ondas. Pero parece que satisfacer las ansias de tranquilidad del presidente tiene un premio mucho más elevado. Todo debe permanecer en calma. Lástima que siempre exista un verso suelto dispuesto a tocar las narices.

Parece ser que lo que se cuestiona es la independencia de APEBOL. Ya que quieren organizar todos y cada uno de los aspectos de su competición. De ahí que se hayan propuesto tumbar en unos meses los tres descensos de división de honor cuando finalice el convenio vigente. Y para ello han puesto la maquinaria en marcha.

Hasta aquí el resumen de lo acontecido desde la Asamblea de octubre. Así se hizo toda la vida. Esta máxima está grabada a fuego en la gente de los bolos. Pero eso no quiere decir que lo he hecho, estuviera bien. Sino que hay un miedo horroroso al cambio. Un pánico atroz a modificar cosas. Y así nos luce el pelo.

Y por esa ignorancia que supone el miedo a lo desconocido, me ha tocado hacer un viaje al pasado, para aclarar un poco el panorama. Para que ese desconocimiento no haga peligrar su plan de abolir los tres descensos, me he dado una vuelta por las actas de las asambleas de los últimos dieciocho años. No he encontrado más actas disponibles.

Esas actas reflejan la voluntad de la gente de los bolos. También de esos que ahora ponen el grito en el cielo defendiendo la autonomía de Apebol. Padecen una fragilidad de memoria preocupante. Así que vamos a poner las cosas por escrito. A ver si de esta manera la recuperan. Todo el mundo dice saber que para modificar un acuerdo debatido en Asamblea hace falta mayoría absoluta. Unos te  dirán que esa mayoría absoluta es de la modalidad que debatió el acuerdo. Otros te dirán que el periodo que debe transcurrir es de un año, otros te dirán que de dos.

Pero lo cierto es que ni los más sabios del lugar saben dónde está escrita esa regla. Yo tampoco lo sé, pero sí que he encontrado donde se hace referencia escrita a ella:corría el año 2006, concretamente el 29 de enero. Algún locutor de radio era miembro de la directiva de la Federación Cántabra de Bolos. Y asambleístas de postín, de los que ahora militan en división de honor, he podido contar hasta ocho asistentes. Aquellos nueve estaban presentes cuando, como consta en acta, en su punto 6.05, se intentó modificar la Liga de veteranos para poner como tiro máximo los 13 metros. Y en aquel momento no se pudo porque como bien dice el acta:

Dado que este tema fue modificado en 2003 (menos de cuatro años) su aprobación requiere mayoría absoluta, es decir veintiséis votos favorables. Queda desestimada al obtener únicamente siete votos favorables y treinta y siete abstenciones.

 

Para mí, más claro el agua. Existe una norma que dice que para modificar un acuerdo de Asamblea sin que hayan pasado cuatro años desde su aprobación, es requisito imprescindible mayoría absoluta de la Asamblea (26 votos). Y aquellos nueve lo saben, aunque ahora no lo recuerden, porque estaban allí. Lo pone en el acta que posteriormente ratificaron en la siguiente reunión

Si alguien sabe con certeza el lugar donde está escrita esta regla, nos puede aportar más información. Pero ya he dicho que ni los más sabios del lugar tienen constancia. Así que para los que están pensando en modificar los acuerdos de la Asamblea de octubre de 2022 les quedan dos opciones:

  1. lograr veintiséis votos favorables
  2. Esperar, pacientemente, hasta octubre de 2026 para que sea necesaria una mayoría simple más sies que noes

Espero que agradezcan la información que les permite culminar su plan. Así no les pasará como a otros que dimitieron con la certeza de que obligaban a convocar nuevas elecciones. Si me hubiesen preguntado, les habría aclarado que si su objetivo era convocar nuevas elecciones debían hacerlo desde dentro, porque es la Asamblea la que convoca las elecciones.

Plan, este que preparan, que nace de una defensa ultranza de la autonomía e independencia de Apebol. Promovida por los mismos que hace unos años asumieron la inexistencia de esa autonomía e independencia en lo deportivo. Y lo asumieron un 28 de octubre de 2008. Un vicepresidente segundo de la FCB, ahora en tareas de locutor y nueve representantes de peñas de las que este año militan en división de honor. Precisamente donde dijeron digo, ahora dicen Diego. Y es que en el acta de aquella asamblea se puede leer lo siguiente:

[…] Pero no es la Liga APEBOL. La asociación de peñas no va a controlar ningún aspecto deportivo de esta liga, ni los árbitros ni los reglamentos. El acuerdo al que la Federación Cántabra llegó con Apebol, que se plasmará en un convenio que oportunamente se firmará, después de ser rechazado por la Federación Española, quedó muy claro. Lo deportivo corresponde a la Federación Cántabra y lo económico, la gestión de los recursos generados, a la Apebol. A cambio de la gestión deportiva, tendrá la asociación que colaborar con la Federación en los gastos administrativos. Debe quedar muy claro que es una Liga Regional, que se firmará un acuerdo de colaboración por tres o cuatro años y cuando ese convenio finalice puede existir una Apebol o puede haber otra asociación o puede no haber nada, pero la Federación Cántabra seguirá convocando y controlando todos los aspectos de la Liga regional de División de Honor […]

Sometida a votación la propuesta se aprueba con 29 votos a favor, cinco abstenciones y ningún voto en contra. […]

 

Queda claro pues, que los que ahora proclaman la autonomía e independencia de Apebol en temas deportivos, olvidan, no sé si intencionadamente o por accidente, que ellos mismos promovieron  aprobaron que el control deportivo perteneciera siempre a la Federación cántabra y, por consiguiente, a su asamblea.

Así que, resumiendo y por acabar. Si aquellos acuerdos que aceptaban que la Federación dispone lo deportivo y la APEBOL lo acata son válidos, los que se han tomado en Octubre de 2022 también lo son. Lo único que ha cambiado desde entonces son los intereses de los protagonistas. En Octubre de 2008 dijeron que esa medida se aprobaba por el bien de los bolos. Yo dije que se hacía por intereses personales. Y acerté. Y ahora, esgrimen el bien de los bolos como argumento nuevamente para que no desciendan tres. Y, de nuevo, son sus propios intereses los que anteponen al bien de los bolos.

Mi consejo, háganse un favor y planteen dejar 10 equipos en la máxima categoría. Negocien con la Asamblea la mejor manera de llevarlo a cabo. Ahora que parece que los ingresos menguan por momentos, parece una buena idea. Si, menos ingresos por taquilla al ser menos partidos. Pero ya se ha demostrado que de la taquilla no se puede vivir, ni poniendo a 20 € la entrada al espectáculo.

Acabo dando las gracias a los que me habéis obligado a recuperar estas “cartas pastorales de los sábados” cómo alguno de los que votó en aquella ocasión las denomina. A los que os haya molestado, tampoco os voy a pedir disculpas, no es mi estilo. Eso sí, si alguno quiere hablar, ya sabe cómo localizarme. Estoy abierto a tomar un café con cualquiera. Y podemos debatir de cualquier tema, incluso de la rentabilidad económica de las memorias deportivas de la federación. O del famoso convenio que todo el mundo conoce pero muy pocos han visto…

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